Una de las mayores incógnitas para todos aquellos que nos iniciamos en la ilustración no es la perspectiva, ni la anatomía ni tampoco la composición.
Aunque tengan mucho que ver los elementos anteriores lo que de verdad da ese impacto o “potencia visual” es el dibujante que consigue explicar una historia dentro de cada trabajo que realiza.
A ver, para que nos entendamos no me refiero a que explique un increíble viaje lleno de aventuras y desventuras, mas bien nos referimos a la capacidad de ponerte rápidamente en contexto y que entiendas todo lo que quiere explicarte.
Por eso cuando vi que me llegó a mi bandeja de entrada la posibilidad de realizar un workshop de 3 días en unas estupendas instalaciones en medio del montnegre para asegurarte de que desconectas de la rutina del día a día y además con el soporte de una de las mejores escuelas de cómic de España, no dude en apuntarme. ¿Prometedor verdad?
Experiencia
Nada más llegar al Campus tras una complicada llegada de 20 minutos por camino de tierra (más que recomendable llevar un todoterreno) notas que ahí el ambiente es completamente opuesto al frenetismo que se vive en la ciudad.
Tras servirnos un café y coger 4 galletas (disponíamos de un servicio 24 horas) esperamos a la llegada del resto.
De material aparte de dejarnos unas novelas gráficas para inspirarnos nos regalaron una pequeña moleskine con papel de acuarela.
Clases
El formato de clase al principio fue como cualquier otra, no quiero explicaros el contenido como tal, pero tanto para las personas que son lectores asiduos de novelas gráficas como para los que no nos habíamos adentrado resulto extremadamente estimulante.
Las clases se iban combinando con salidas al bosque y dibujo al natural con charlas mas profundas y personales en el césped con la intención de hacernos sentir lo que queríamos contar de cara al guión de nuestro proyecto.
Nuestro objetivo en estos tres intensos días sería tener una propuesta de novela gráfica, donde poder estructurar una historia que tuviese rasgos autobiográficos para darle autenticidad.
Profesorado
Compuesto por Claudio Stassi y Giovanni di Gregorio, autores de Brancaccio, son dos pedazo de artistas que nos han hecho sentir comodisimos y denotan una gran profesionalidad y pasión por lo que hacen.
Claudio Stassi lleva la narración gráfica a un alto nivel, facilita el aprendizaje gracias a unas pautas que dicta muy claras gracias a ejemplos prácticos.
Giovanni di Gregorio por contra, nos enseña el valor de las emociones de cara a enfocar la historia que necesites o quieras contar de una manera objetiva e intentando a la par ser permisivo contigo mismo.
Tanto uno como otro se permitían el tiempo que tu creyeses necesario para consultarles todas aquellas dudas relacionadas con el curso o fuera de éste.
Compañeros
Decir que uno de los mejores puntos de esta experiencia fue el poder compartir con gente de diferentes edades una sensación de “piña”. En mi caso fui solo sin conocer a nadie y en seguida haces migas con todos y todas.
Animo a la gente que sea más introvertida que no se deje intimidar porque se estará privando de una magnifica experiencia.
Instalaciones
Como comentaba al principio del post, las instalaciones estaban muy bien equipadas, pudiendo tomar algo en cualquier momento del día, respirando una tranquilidad absoluta y “gracias” a la mala calidad, en mi caso me ayudo todavía mas a despreocuparme por estar atento al móvil.
La comida prioriza en una dieta vegetariana con algún ración de carne sobretodo en el desayuno. Decir que yo no soy vegetariano y la comida me pareció excelente.
Adjunto a continuación la página web del campus por si sentís la curiosidad de acercaros un fin de semana.
Conclusión final
Logré desconectar, me abrí al interesantisimo mundo de la novela gráfica gracias y aprendí muchísimos trucos y elementos que me ayudaron a entender el proceso creativo de ésta.
No puedo parar de recomendárselo a todos mis conocidos que sienten el gusanillo y decir que si al final os animáis posiblemente me veáis el año que viene porque seguro que repetiré.